Los costos promedio anuales de atención de la salud (médicos y recetados) son más de 3 veces más altos para las personas con endometriosis en comparación con las personas que no la tienen, incluso 5 años antes y 5 años después del diagnóstico.

La pérdida total de productividad en el lugar de trabajo promedia 11 horas por semana, y la mayor parte de esa pérdida es causada por el presentismo.

El estudio de calidad de vida de EndoCost demostró el impacto a largo plazo en el trabajo, las relaciones y la vida sexual de las personas con endometriosis.
 
A pesar de su alta prevalencia y costo, la endometriosis sigue estando insuficientemente financiada e investigada, lo que limita en gran medida nuestra comprensión de la enfermedad y ralentiza la innovación que tanto se necesita en las opciones de diagnóstico y tratamiento. 

La endometriosis también afecta a las personas durante los mejores años de sus vidas, un momento en el que deberían estar terminando la educación, comenzando y manteniendo una carrera, construyendo relaciones y quizás formando una familia. Que estas personas vean afectada su productividad, comprometida su CVRS y reducidas sus posibilidades de formar una familia, es algo que la sociedad ya no puede permitirse ignorar.

Es hora de que veamos una inversión seria en la prevención de esta condición debilitante en la próxima generación, aunque no conocemos el riesgo de desarrollar endometriosis en la población general, 
ni el pronóstico de gravedad/progresión (agresión de la enfermedad).